Sabemos que la sopa de miso nos
calienta, que tiene la singularidad y magnifica propiedad de que cuando nos la
tomamos en invierno inmediatamente sentimos el deseo de quitarnos el jersey,
nuestro cuerpo se activa como una caldera y
cuando salimos a la calle estate segur@ de que nuestra temperatura va
unos graditos por encima de la media de quienes nos vamos encontrando encogid@s
por la calle...por lo menos para quienes vivimos sometidos a los desmanes de la
climatología de las regiones del norte.
Esa es una de las razones por la
cual desestimamos tomarla en verano y guardamos semejante regalo de la
naturaleza y de la milenaria sabiduría de oriente en la despensa o frigorífico
hasta que los fríos vuelven a calar nuestros huesos y nuestros debilitados
riñones sollozan por esta gran fuente de sales
minerales de alcalinidad y revitalización. Lo peor de todo es cuando este super alimento
se queda desterrado y por la razón que sea ya no forma parte en nuestra vida
diaria ni en verano, ni en invierno.
A mí me paso! Conocía e utilizaba el miso ya cuando era
cocinera vegetariana pero fue cuando me inicie en la macrobiótica hace ya 13
años cuando comenzó a formar parte de mi dieta diaria, tengo que decir que mi
veganismo nació él mismo día que mi alimentación consciente. Si dejas de tomar
lácteos fermentados como los yogures o los quesos los cuales te aportan bifidus
es importante suplirlos con otros alimentos para seguir manteniendo sana y en
equilibrio tu flora intestinal. Durante años desayune sopa de miso y crema de
cereales, fue un tiempo magnifico con mucha energía. Llegó un momento en el cual pensé que ya no
necesitaba de tomar sopa de miso a diario y de esta manera poco a poco dejo de
estar presente en mi desayuno y posteriormente en mi dieta diaria e incluso
semanal, lo cual debo confesar que no es por casualidad que los últimos años
haya sentido cierto desarreglo intestinal y curiosamente matinal.
Cuando estuve en Japón hace ya
unos meses mi amiga Marí me regalo 2 kg del mejor miso de Osaka. Se disculpo
por el peso que eso iba a suponer para mi equipaje e incluso me sugirió que me
llevara menos. Los ojos me hicieron chiribitas y con sumo placer se los
arrebate de las manos como el mejor regalo que me podía haber hecho. Desde
entonces cada día me hago mi acostumbrada crema de cereales junto a mi ya
irremplazable sopa de miso.
Cuantas personas toman
probióticos en forma de complementos alimenticios cuando se pueden suplir estas
necesidades solamente con una sopa de miso diario, por si fuera poco también
nos desintoxica, crea un pH alcalino, aporta minerales, aminoácidos y aceites grasos esenciales y además nos pone
de buen humor. Si hay un alimento que siempre tendría que estar presente es el
miso como símbolo de salud y de
longevidad . Por eso en verano no puede faltar una buena sopa de miso y quería
compartir con tod@s vosotr@s estos trucos para elaborarla de manera más
refrescante.
·
Utilizar
más Verduras verdes y/o de energía más fría.
Tendremos más
tendencia a usar verduras verdes que contienen una energía más ligera y nos
aportan más vitaminas, sin olvidarnos de las redondas por su aporte de dulzor.
En general cocinaremos las verduras menos tiempo, en particular las verdes tratando de que
estén más al dente: Apio, vainas, espárragos trigueros, verde de rabanito, col,
etc . Incluso algunas de ellas se pueden
añadir una vez retirada la sopa del fuego como la rúcula, verde de puerro y de cebolletas cortado muy fino, canónigos,
etc.
Puerros,
cebolletas, daikon, nabos, rabanitos, shitakes secos, hinojo son algunas
verduras con energía más expansiva y depurativa que pueden completar muy bien
nuestras sopas de verano y primavera.
·
Plantas
aromáticas.
¿Qué te parece
una vez servida la sopa añadir algunas hierbas aromáticas? De hecho en invierno
también es recomendable utilizar un poco de perejil picado, cebollino, verde de cebolleta o puerro o germinados para
dar polaridad a la sopa. Ahora mi propuesta es ir un poco más allá, buscar un
toque más refrescante con unas hojitas picadas de albahaca, cilantro, hierbabuena
o eneldo.
En general no
recomiendo utilizar jengibre si buscamos refrescar porque esta raíz tiene el
poder de crear calor interior.
·
Servir
con Germinados y o Rodaja de limón.
Como he
mencionado anteriormente es una buena idea
utilizar unos poquitos germinados a la hora de servir la sopa. Este
milagro de la naturaleza tiene un potente efecto de enfriar y depurar así como
un inmenso aporte de vitaminas y ácidos grasos esenciales, así como enzimas
digestivas. En verano y primavera es un gran momento para utilizarlos en mayor
cantidad. Me encantan los de rabanito rosa que además de darle un bonito toque
de color aportan un sabor picante muy dinámico.
Otro ingrediente
refrescante que podemos incluir en nuestras sopas (no solo de miso sino en cualquiera) es en el momento de servir añadir
una rodajita de limón. Nos aportará el sabor ácido que ayuda a descongentionar
nuestro higado, favorece la absorción de grasas, alcaliniza y de inmediato
sentiremos el frescor que de el emana.
·
Utilizar
Shiro Miso o Misos menos oscuros.
Efectivamente
son los misos de largo fermentación los que nos aportan principalmente todos
esos beneficios de los que hemos estado hablando. El shiro miso, miso blanco o
miso joven (recibe los 3 nombres) es de una fermentación de 4 meses comparado
con el mínimo de 1 año que tienen el resto de los misos y está elaborado además
de soja con arroz blanco. Con él podemos
hacer sopas más ligeras, más dulces... mi propuesta es que combinéis un miso de
larga fermentación con este otro de esta manera aseguramos los efectos
medicinales del miso. En caso de que solo uséis
shiro miso es recomendable añadir también un poquito de sal marina pues
no tiene el suficiente condimento salado.
El miso contra
más tiempo lo tenemos en nuestra despensa más se oscurece porqué de alguna
manera continua con su proceso de fermentación, podemos utilizar misos más
frescos.
·
Menos
cantidad de miso.
Una regla a
tener en cuenta es qué en general en verano necesitamos menos condimento
salado, así que te propongo hacer las sopas más ligeras, más dulces y con
algo menos de miso de esta manera
estarás más sintonizad@ con la energía de esta estación.
·
Templar
la sopa
Definitivamente
este es uno de los trucos que ayuda a realmente disfrutar todas las sopas de
verano y no sufrir ese tan agradable
subidón de calor en invierno que en verano se hace un tanto infame. Para ello
preparamos nuestra sopa de miso como lo hacemos habitualmente. Una vez
cocinadas las verduras y el wakame añadimos el miso él cual cocinaremos durante
3 minutos sin que hierva. Una vez
retirada del fuego serviremos en un bol y esperaremos aproximadamente 10
minutos en tomarla. Vais a ver qué gran diferencia.
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